7.4.11

"""El sitstema Educativo y las añoranzas de Luhmann o de la nueva configuración del campo social educativo""". por Guido. (extractos de "Proyecto de Inclusión y Permanencia Educativa 2009”).

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Vale agregar que la  Institución Educación se concibió como pilar fundamental y como proceso institucional para que los Ciudadanos que pudieran decir libremente sus ideas allá por el año 1789 (cuando la Revolución Francesa dispararía hacia el mundo la Ilustración).
Pero actualmente las instituciones, para generar la convivencia de la diversidad, se ven obligadas re significar la perspectiva de los actores teniendo en cuenta la perspectiva de los Derechos Humanos como garantía para una convivencia pacifica, donde los riesgos de desintegración social (en las familias, instituciones, organizaciones, etc.) son una “amenaza” constante.
En este sentido la transmisión verbal de experiencias de vida[1] entre los sujetos es un factor que podría potenciar procesos de socialización donde se respeten y toleren las diferencias y la diversidad de opinión.
Al rescatar la oralidad se puede deconstruir el ritmo de vida de la gente, sus palabras y cuerpos; muchas veces esto no se produce en las familias debido a múltiples causas: violencia familiar, abandono de persona, de hogar; vivimos panorama donde se ha vulnerado al sujeto y trastocado la capacidad de tolerancia sicológica de las personas.
La escuela misma se replantea su rol en la sociedad. La claridad en los objetivos debería ser conocida por todos los integrantes de la comunidad educativa.
La planificación estratégica situacional es una de las tantas llaves para poder operar efectivamente en los problemas de organización de una Escuela.
Lo que se viene produciendo es una planificación tradicional, donde el Estado se consolida como el único actor capaz de realizar la planificación, “los otros actores, nos dice Victor Flores, cuando se los considera, no son tratados como entes activos, creativos y dinámicos, con capacidad de tener su plan, a pesar de tener objetivos propios y  visión de futuro sobre la realidad considerada”.
Ya no se puede explicar sino en términos dis funcionalistas, por ejemplo “la Familia” desde la teoría funcionalista “el padre” de familia cumpliría un rol especifico de satisfacción de las necesidades del grupo familiar, las cuales organizan las conductas de los demás miembros mediante reglas, normas y sanciones. En este sentido Laura Fiszman dice “en este tipo de explicaciones prevalecen criterios de normalidad donde hay un modelo que asigna roles, funciones y lugares a cada individuo debiendo estos cumplir ciertos requisitos supuestamente indispensables para su progreso o equilibrio[2].
La intervención de los trabajadores sociales en familias está ligada, como dice J. Donzelot a las clases menos favorecidas, y en el interior de estas clases las intervenciones, en su mayoría, están dirigidas hacia los menores.
En este sentido las familias pertenecientes a las clases menos favorecidas son quienes no lograrían satisfacer las necesidades del grupo familiar, y dentro de ellas los menores son reconocidos como “infancia en peligro; la que no se ha beneficiado de todos los cuidados de crianza y educación deseable, y la infancia peligrosa; la de la delincuencia[3]. Laura Fiszman nos ilustra esta situación al observar que los casos presentados a los Juzgados de Familia (compuestos por abogados y trabajadores sociales) se relacionan directamente con temas de tenencia de hijos, alimentos, regímenes de visitas, guarda y tutela de menores, protecciones de personas y denuncia de violencia familiar entre otros, los cuales presentan las siguientes conflictivas: maltrato infantil, violencia familiar, dificultades en el desempeño paterno-materno, fragilidad de la red de apoyo familiar o social, precariedad económica y laboral.
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. LOS LÍMITES DE LA INTERVENCIÓN: OBSTÁCULOS Y OPORTUNIDADES.
Una de las oportunidades visibilizadas centra su acción en la operatividad de una Red de Abordaje Comunitario para la Educación (en el marco de las posibilidades de la Secretaria de Escuelas).
Se propone la elaboración de un programa complejo para el abordaje de situaciones complejas… a partir de líneas de intervención profesional desde el Trabajo Social. Hay que proyectar medidas a largo plazo, no podemos quedarnos con el “inmediatismo” asistencialista.
Líneas de intervención[4] propuestas: “Red Institucional para el Abordaje Comunitario de la Educación”. 
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Los pedagogos[5] actuales se “enfrentan” a una población heterogénea en cuanto a las dimensiones materiales y simbólicas de vida “la mayoría de los pobres son niños y la mayoría de los niños son pobres” y donde no solo sus familias están en crisis sino también la sociedad, se visibiliza la imposibilidad – posibilidad de que del sufrimiento social puede generarse un proyecto de vida personal y colectivo digno o que valga la pena ser vivido.
Si las instituciones (producidas con el objetivo de regular el “orden social”) se convierten en “no lugares” o no están o se virtualizan, o se convirtieron en otra cosa (como sucede en la mayoría de los casos “desviaron sus objetivos”) debemos preguntarnos ¿que otro nuevo orden institucional estamos generando?. 
Sin duda hoy vivimos otras circunstancias: el Rol que pasa a demandarse a la Educación (imponiéndose como UNICO y POSIBLE) es la formación de personas aptas para el mercado laboral mientras que en las aulas resulta dificil “crear una nueva gramática que intente lograr argumentaciones y sobre todo fundamentaciones que permitan hacer un curriculo interesante, divertido, que produzca placer y no que sea tedioso, aburrido y una tortura para todos[6].
El curriculo para que sea interesante divertido o produzca placer... ¿como se experimenta con la idea de que “el día de mañana se tiene que trabajar para poder vivir”?.
Como viven los alumnos hoy el mundo del trabajo? Que expectativas se construyen?
Si profundizamos caemos en que la mayoría tienen “asegurado” el porvenir robando, traficando, corrompiéndose y degradándose como persona para finalmente “depositarse” en el sistema penal. Luego queda la tipificación en una lista de “delitos”, “anormalidades” y/ o “malas costumbres”.
Puede no producir placer discutir ciertas cosas... muchas de ellas tienen que ver con nosotros... no es fácil aceptar la verdad que nos toca enfrentar: estamos involucrados en el placer pero también en el sufrimiento social; deberíamos pues, comprobar que las líneas de fuga son posibles o hacerlas posibles directamente.
A nivel nacional existen investigaciones que demuestran que el número de los expulsados del Sistema es de 14.006.586 personas, esto representa el 67 % de la población joven y adulta a partir de los 15 años.
Esta situación de riesgo educacional en el país afecta mayoritariamente a jóvenes de 15 a 24 años, marcando además que cada 100 jóvenes en esta franja de edad 71 estan en riesgo. Esta cifra en la mayoría casi en el 95 % corresponden a personas provenientes de hogares con necesidades básicas insatisfechas, estos jóvenes a quienes la pobreza castiga duramente no tienen las herramientas necesarias para luchar por un futuro mejor.
A partir de este conocimiento se hace explícita la necesidad por parte del Trabajador Social conocer en profundidad los motivos de la deserción de los jóvenes como así también la posibilidad de volverlos a incluir en el sistema educativo,  construyendo espacios de interés y participación, para aquellos chicos participan de la vida escolar o que abandonaron sus estudios por diferentes motivos, otorgándoles a su vez protagonismo en la institución. Elaborando nuevas actividades culturales y recreativas o resignificando aquellas tradicionales.
Con respecto a los motivos de deserción, estos están directamente relacionados a la precariedad laboral y desocupación de padres y de los mismos alumnos (la vulneración de los Derechos Humanos es una constante casi imperceptible), con sus respectivas consecuencias y siendo la violencia en la mayoría de los casos el detonante, poniendo en conflicto la convivencia.
El Estado opera “deficitariamente” como garante del derecho a la educación, a la inclusión, permanencia y egreso de los alumnos[7]; pero nos lleva a pensar que la  ciudadanía se tensiona con ejercicio de los derechos civiles, políticos, sociales, culturales siendo la escuela el espacio – tiempo donde se materializa este proceso de enseñanza - aprendizaje en el que, por ejemplo, por cuestiones económicas como la pobreza, la indigencia, muchas veces “nos hacen avanzar un paso y retroceder dos”.
A partir de la situación de pobreza de muchos de los jóvenes, estos se ven obligados a  abandonar tempranamente la escuela para iniciarse en un mercado de trabajo infantil (con todas las implicancias jurídicas legales que el Estado debe atender). Esta es una solución para ellos en la medida que les permite encontrar alguna manera de subsistencia, alejándolos cada vez más de sus posibilidades de integración y participación ciudadana.
La misma escuela se resignifica a partir de otros micro espacios sociales dentro de ella. Es por esto que mediante la conformación de estos  espacios de participación y contención, por ejemplo talleres artísticos[8], otros vinculados al deporte, a actividades lúdicas, de capacitación socio laboral, de recreación, de formación política, etc, intentaré llevar adelante un ejercicio de los derechos a los cuales hice referencia siendo consientes de que la responsabilidad es un pilar fundamental para el crecimiento donde la disciplina nos presenta un problema ineludible: “La palabra disciplina presenta, sin embargo, un doble sentido: tanto induce a la delimitación de un campo específico del saber como a la jerarquización y al ejercicio del poder”. (“Conocimiento y Transversalidad”. Gallo; Silvia. Ob. Cit.).
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Otros problemas sociales como “el aumento del índice de criminalidad” o el debate  sobre la imputabilidad de “menores” o “la edad para ir preso” son temas candentes que convergen con esta problemática y deberían ser abordados en pos de construir una democracia sostenible; la escuela juega un papel impostergable en esta misión.
Por otro lado debemos tener en cuenta el fenómeno de la violencia escolar a partir de la relación que existe entre los “marcos regulatorios de la conducta”;  “el logro de las metas culturalmente impuestas”.


[1] Esto puede ser tomado como una metodología en la cual “la oralidad” toma protagonismo, no en detrimento de “lo escrito” que puede ser evaluado, aprobado (o no) y archivado en papeles para depositarse finalmente en cajones.  
[2] Laura  Fiszman – Congreso  Virtual “Los anormales del complejo tutelar: niños, adolescentes y familias en riesgo”. Universidad de Buenos Aires .2002
[3] J. Donzelot. “La policía de las familias”- Pág.99. Edit. Pre-Textos. Valencia. 1998.
[4] Se entiende por intervención a un “involucramiento”, un “hacer”, o ser parte de las situaciones de la vida cotidiana, en este caso de la inclusión y permanencia de estudiantes en el circuito educativo… la intervención profesional es regulada por un código de ética pero también por una tensión constante de valores en juego en el campo educativo y social… valores y práctica (o conjunto de  acciones) convergentes.
[5] El niño en la antigua Grecia, a partir de los 7 años, concurría con un esclavo llamado pedagogo o conductor de niños, a algún establecimiento privado donde se ejercitaba en la lectura, escritura y en las artes, principalmente música y poesía. 
[6] Documento “Jornada de Debate : discusión sobre los diseños curriculares para la educación de jóvenes y adultos”. Mayo 2007. Paraná. Entre Ríos. 
[7] La palabra alumno implica una “no luz” donde la luz “es el conocimiento”. “El alumno va a la escuela a para internalizar conocimiento, aprender, saber, etc” se suele decir; pero de lo que se trata es de INTERCAMBIAR grupal y colectivamente las experiencias por las cuales  aprendemos y desaprendemos  “el mundo de la vida”.   

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